3 Toma en tus manos diez panes, tortas y un tarro de miel, y entra
donde él; él te revelará qué será del niño.»
4 Así lo hizo la mujer de Jeroboam: se levantó, se fue a Silo, y entró
en la casa de Ajías. Ajías no podía ver porque sus pupilas se
habían
quedado rígidas a causa de su vejez,